NO SE PONE A TU DISPOSICIÓN
QUIEN TE PREGUNTA QUÉ DEBE VER,
SINO QUIEN TE OFRECE SU MIRADA.

Soy docente, escribo e investigo, sobre Educación y aprendizaje de la Matemática, procesos de enseñanza para la Innovación Educativa, subrayando que la pregunta fundamental no es cómo de bien realiza el niño los ejercicios que hace, sino cuánto bien le hacen al niño los ejercicios que realiza. Sigo animado por el convencimiento de que no hay aprendizaje donde no haya desafío que provoque en el alumno una necesidad a su “querer conocer”. Dedico mi vida a ESCUCHAR a los niños y persigo, para el avance educativo, un cambio radical de estado mental y nivel de consciencia. Sueño con el que enseña, el despertar para el que aprende; construyendo la escuela que no existe para el alumno que no llega.

Doctor en Ciencias de la Educación, por la especialidad de Didáctica (2000). Acreditado por ANECA (2006) PAD, PUP y PCD. Máster en lógica formal, simbólica y matemática. Máster de formación en docencia e investigación para la educación superior. Máster en Diseño Educacional. Experto en gestión, administración y dirección de centros educativos. Licenciado en Filosofía -Lógica Simbólica y Matemática-. Diplomado en Magisterio (ciencias y matemáticas). Profesor de Educación Infantil, Primaria y Secundaria (1986-2000). Profesor de universidad en Didáctica de la Matemática y, Desarrollo del pensamiento Lógico y Matemático (Centro de Enseñanza Superior Don Bosco – Universidad Complutense de Madrid) (2001- ). Director de la Cátedra Conchita Sánchez de Investigación para la Educación Matemática. Decano Facultad de Educación UCJC (2013-2016). Investigación de procesos para la innovación en la enseñanza de las matemáticas en España, Canadá, Michigan, Paraguay, Perú, Colombia, San Salvador, México, Alemania, Italia, … Director de Proyectos Europeos Leonardo de Investigación e Innovación Educativa. Colaborador de la OEA, OEI, BID y el departamento de Primera Infancia y Educación Inclusiva de la UNESCO.

 

Premio de Metodología Creativa (Italia, 2009), por el libro “La resolución de problemas matemáticos. Creatividad y razonamiento en la mente de los niños”. Autor de 103 obras sobre Educación y aprendizaje de la Matemática. Extensa formación del profesorado y difusión en Congresos Nacionales e Internacionales.

SE TRATA DE AMAR LO QUE HACES, AMANDO A AQUEL AL QUE DIRIGES LO QUE HACES.

Las ocho acciones para la intervención educativa que envuelven mi pensamiento pedagógico, son las siguientes:

1. Provocar sonrisas en el que aprende.

 

2. Abrir nuestra mente para ESCUCHARLES.

 

3. Entender sus preocupaciones, sus ilusiones y sus necesidades.

 

4. Despertar la curiosidad y las curiosidades.

 

5. Lograr que crean en sí mismos.

 

6. Conseguir que sean los creadores de algo y que sean conscientes de ello.

 

7. Desarrollar un pensamiento crítico y positivo.

 

8. Permitir que participen con el mundo, que dialoguen con el universo, haciendo uso de: la claridad, el empeño, el trabajo y el amor.

NO PUEDO IDENTIFICAR A LOS BUENOS PROFESORES SI NO TENGO IDENTIFICADO EL QUÉ Y EL CÓMO DEL BUEN APRENDIZAJE. CUÁNTO DE BIEN ENSEÑAS DEPENDE TOTALMENTE DE CUÁNTO DE BIEN APRENDEN.

Mis Hipótesis de trabajo:

1. La enseñanza tiene entre otras tareas, una fundamental que es conseguir en el que aprende: claridad de conceptos, razonamiento correcto y capacidad para establecer relaciones.

 

2. El que enseña debe preocuparse de DOMINAR SU MATERIA y ESCUCHAR al niño, dirigiendo todos sus esfuerzos a que el alumno: quiera saber, se sienta bien sabiendo, sepa bien y aplique correctamente lo que sabe.

 

3. Que las respuestas que obtenemos no coincidan con las que esperamos implica, simplemente, discrepancia entre la enseñanza y el aprendizaje y no significa, en modo alguno, que el niño no razone.

 

4. El alumno nunca responde por azar, si no ha sido intimidado.

 

5. El alumno nunca quiere hacerlo mal, si no ha sido irritado.

 

6. Ni existe, ni existirá método alguno de enseñanza superior a la capacidad de aprendizje del ser humano.

 

7. El avance educativo supone:

 

a. No sólo saber decir, sino SABER HACER lo que se sabe decir; qué cansado estoy de las palabras: globalización, constructivismo, significativo, funcional, investigación, descubrimiento,…

 

b. Obtener un mayor rendimiento con un menor esfuerzo. Hoy se da mucho contenido y se produce poco conocimiento.

 

8. Si el abuso de contenido incomprensible perjudica la acción formativa del individuo, la disminución de contenido que pueda comprenderse perjudica al desarrollo. Tanto error se comete cuando se intenta que un niño aprenda algo que supera su comprensión, como cuando se intenta disminuir la cantidad de conocimiento y facilitar el esfuerzo intelectual que un niño puede conseguir.

 

9. Que el profesor enseñe y los alumnos aprendan lo que el profesor enseña, sólo tiene aprobación y vigencia cuando lo aprendido desarrolla el pensamiento. La pregunta fundamental no es ¿qué hay que enseñar?, sino ¿qué obtenemos con lo que enseñamos? La fiabilidad de lo que un profesor enseña, se mide por la validez de lo que sus alumnos son capaces de hacer sin él.

 

10. Si cambiamos la palabra «discapacidades» por «capacidades desconocidas» acercamos más la investigación científica al desarrollo humano.

 

11. Actualizarse no consiste en imitar procedimientos que están de moda, sino en conseguir, en tiempo real y con los niños actuales, los objetivos marcados.

 

12.  La tarea educativa consiste en cubrir las necesidades, y no en clasificar capacidades.

 

13. Los materiales que podremos utilizar para la enseñanza son muchos, pero no apoyarán éstos su eficacia en las propiedades que poseen, sino en su posibilidad para interactuar con la mente del sujeto y que éste pueda: formular, y suponer, y descubrir, y comprender e interpretar correctamente. Entre otros, seguro estoy de dos importantes materiales para cualquier aprendizaje: la realidad y la evidencia.

José Antonio Fernández Bravo